Un nuevo 8 de septiembre llego en la mariana ciudad de Écija, que se había engalanado para el día grande en el que su Patrona la Virgen del Valle Coronada recorre sus calles. Tras las numerosas misas que se celebraron por la mañana, la Santísima imagen fue trasladada a su paso, ese joyero de plata que no deja indiferente a nadie, donde recibió a todos los ecijanos que la visitaron en su templo los instantes previos a tan esperada procesión.
Llego la hora tan esperada y tras la Cruz de guía una marea de devotos hicieron fila para poder alumbrar el camino de nuestra Madre. También numerosos fueron los hermanos de las distintas hermandades que iban representando, quizás reducir el numero de cada una de ellas ayudaría a hacer mas liviano el cortejo. En el patio de la Mayor de Santa Cruz, la magnifica banda local de "AMUECI" rompía el silencio con la marcha "Santísimo Cristo del Desamparo y Abandono" para que nuestra Patrona se encaminara hacia la puerta donde la esperaba con devoción un numeroso publico.
Por fin Nuestra Señora del Valle Coronada inicio su recorrido entre aplausos y repique de campanas, este año con un novedoso y acertado recorrido que la haría recorrer puntos inéditos o que prácticamente no se recuerdan. Precioso fue ver como la calle Santa Cruz esperaba adornada su llegada, después de que no pasara por allí desde hace unos años. Desde sus balcones cayeron petaladas.
En su paso por el Ayuntamiento el paso se vio obligado a bajar debido a la gran marea de devotos que se formo. De nuevo sonaron repiques de campanas, esta vez desde la torre de Santa María donde era recibida a los sones de "Virgen de la Paz". Justo en el centro de las puertas de Santa María abiertas de par en par, se encontraba una magnifica imagen de San Pablo junto al niño Antón Fernández de Arjona, representando ese milagro ocurrido en Écija y que fue clave para que resurgiera la devoción hacia la vida cristiana de la ciudad. Este año no hubo revira y encuentro entre ambas imágenes.
Emotiva fue la llegada de la Virgen hasta el convento de Santa Ángela de la Cruz, donde quedo frente a aquellas hermanas que tanta devoción y fe le tienen, además de tener el honor de ser las encargadas de vestirla. Tras rezarle se produjo una nueva levantá y fue una de las hermanas quien toco el llamador, levantando los aplausos de los allí presentes. AMUECI interpreto entonces el himno de la coronación y las hermanas de Santa Angela de la Cruz embargadas por la emoción dirigían por última vez la mirada hacia la Virgen susurrando algunas la letra de su himno mientras la veían marchar.
Otra estampa inédita fue la de la Santísima Virgen en su paso por la Plaza de la Constitución, ver a la Virgen del Valle pasar ante el emblemático Palacio de Benamejí a sones de "María Santísima del Dulce Nombre" fue digno de recordar. Así como también lo fue la siguiente chicota a sones de "Triana, tu Esperanza."
Sin duda lo mas comentado en este 8 de septiembre fue la primera alfombra de sal que se había realizado en Écija, que como no podía ser menos fue pisada por Nuestra Madre del Valle. Dicha alfombra fue realizada por el grupo joven de la Hermandad, donde pudimos observar el nombre de la Virgen, el escudo de la Parroquia de Santa Cruz, macetas con nardos, y con mucho merito la corona de la Virgen. A sones de "Esperanza Macarena" cruzo dicha alfombra entre aplausos que resonaron por toda la Plaza de España.
De nuevo el grupo joven honraba a su patrona, esta vez con una gran petalada que cayo en su casa Hermandad con ayuda de otros jóvenes integrantes de otras hermandades. Cabe destacar que la casa de la Virgen lucía mejor adornada que nunca con presencia de banderas de España, Andalucía e Inmaculistas. Además de colgaduras bordadas sobre terciopelo con el sol de Écija y el lema de "la Juventud de Écija con su Patrona". Para la pelatada anteriormente mencionada sonó la marcha "Pasan los Campanilleros" que arranco aplausos uno detrás de otro y vivas hacia la Protectora de Andalucía, la Virgen del Valle.
Pero todo llega a su fin y la plaza de Ntra. Sra. del Valle esperaba abarrotada la llegada de la imagen que da nombre a la plaza. Para la ocasión sonó "Passio Granatensis" en una chicota llena de sentimiento y oraciones de aquellas personas que tras haber alumbrado pedían su promesa o daban gracias al reencontrarse con tan milagrosa y devota imagen de la Virgen. Entre aplausos hizo su entrada al templo donde sonó nuevamente su marcha de la coronación y el pueblo canto su himno. Ya frente a su capilla la procesión termina con Salve Solemne, aunque nuevamente sus devotos no pudieron resistirse y volvieron a cantar su himno con orgullo.
La Virgen del Valle fue ataviada para la ocasión por sus camareras y las hermanas de Santa Ángela de la Cruz. Sobre sus sienes la corona de la coronación canónica, resaltando en su rostro el rostrillo de Damián de Castro de 1.760. Acertadamente volvió a llevar el manto blanco bordado, pues una Reina siempre debe llevarlos. También llevo toca bordada en oro sobre tisú de plata. Su cuerpo lo cubría la magnífica saya del siglo XVIII bordada en oro sobre una delicada tela de tisú de plata, haciendo un maravilloso contraste con el conjunto. Fajín de capitán general y numerosas joyas repartidas por el atavio de la imagen. Por otra parte la imagen del pequeño ecijanito llevaba vestido de tisú de plata bordado en oro compañero de la saya, numerosas joyas y la diadema de plata que lleva sacando ya varios años.
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